Los proyectos del argentino -con sede en Frankfurt- Tomás Saraceno desafían las nociones tradicionales de espacio, tiempo, gravedad, conciencia y percepción a través de proposiciones arquitectónicas, sociales o comunitarias de carácter utópico y participativo.
En sus instalaciones, cielo y tierra se intercambian, los jardines flotan y las personas cumplen su ansiado deseo de volar.
Movido por el interés de producir cambios en las formas de vivir y experimentar la realidad, cada una de sus piezas es una invitación a pensar modos alternativos de conocer, sentir e interactuar con los demás. Al mismo tiempo, Saraceno apela a la capacidad creadora de los espectadores, involucrándolos en situaciones y acciones que requieren de su ingenio, participación y responsabilidad. Sus proyectos activan vínculos y postulan espacios interdependientes, donde se enfatiza el carácter ecológico no sólo de los ámbitos naturales sino también de los espacios sociales. En alguna medida, sus trabajos nos indican que la posibilidad de transformar el mundo está siempre al alcance de la mano para quién está dispuesto a colaborar en su diseño y construcción.
La obra de Tomás Saraceno es, quizás, el kit de herramientas que nos estaba faltando.
Movido por el interés de producir cambios en las formas de vivir y experimentar la realidad, cada una de sus piezas es una invitación a pensar modos alternativos de conocer, sentir e interactuar con los demás. Al mismo tiempo, Saraceno apela a la capacidad creadora de los espectadores, involucrándolos en situaciones y acciones que requieren de su ingenio, participación y responsabilidad. Sus proyectos activan vínculos y postulan espacios interdependientes, donde se enfatiza el carácter ecológico no sólo de los ámbitos naturales sino también de los espacios sociales. En alguna medida, sus trabajos nos indican que la posibilidad de transformar el mundo está siempre al alcance de la mano para quién está dispuesto a colaborar en su diseño y construcción.
La obra de Tomás Saraceno es, quizás, el kit de herramientas que nos estaba faltando.
Curador: Rodrigo Alonso
Produccion: Jorge Miño
Agradecimiento: Emek Ulusay