Hace 20 años tres amigos en la flor de la edad se reunían frente a un desafío: construir en la playa de un pequeño pueblo uruguayo un parador de playa como los de los años 50.
Pura simpleza y honestidad. Un rancho de paja y madera a la vera del océano atlántico, donde se cruzan las historias de argentinos, uruguayos, corvinas, pejerreyes, el gran pintor Pedro Figari, pescadores, buenos vinos, Francis Mallmann y siempre el fuego, el brindis y la amistad como punto de partida y final.