El fantasista supremo de la moda argentina no tiene mejor idea que seguir siendo él mismo. Y nos parece perfecto. Placer en monocromo, encuentros con gente fabulosa y neuras varias de un hombre que sonríe en privado.
Con calor artesanal y colores multiformes, Juana de Arco le devuelve la inocencia al Rosedal de Palermo con su nueva colección y exporta al resto de la galaxia con la moda como colectivo y casualidad. Habla su responsable.