Especialmente diseñada para el ingreso al Barrio Joven Chandon en la 23° edición de arteBA, que se realiza del 22 al 26 de mayo en La Rural. Se trata de una videoinstalación interactiva con experiencia gastronómica, compuesta por distintas opciones de menú creadas por la propia artista.
Como en cada edición de arteBA, Chandon se propone sumar a la feria de arte contemporáneo una obra excepcional e innovadora, para que el público pueda disfrutar de los últimos movimientos y tendencias dentro del universo artístico local e internacional. Este año, Nicola Costantino interviene el Espacio Chandon, en el ingreso al Barrio Joven Chandon, con una propuesta que invita al público a vivir una experiencia singular, que apunta a todos los sentidos. La obra fue pensada particularmente para esta edición de arteBA, pero es al mismo tiempo un eslabón más dentro de la producción que viene desarrollando la artista.
Con respecto a la obra, la artista comentó que “pudo desarrollar en Luminiscencia algo que es su pasión, tanto como el arte, que es la gastronomía, brindándole al visitante una experiencia distinta”. Para desarrollar este nuevo trabajo, Nicola Costantino se inspiró en las burbujas del champagne, volviendo a poner en juego el aspecto gastronómico, que es uno de los ejes recurrentes en su trabajo. La artista indagó en el registro básico que una persona tiene de una mesa y decidió modificarlo por completo, proponiendo una apertura mental en la experiencia gastronómica, invocando los sentidos, las sensaciones y el recuerdo.
Chino Darín, Iván de Pineda, Leonardo Sbaraglia
La artista rosarina agregó que: “hacer una obra para otro, uniendo dos cosas es un desafío muy grande, y, en este caso, significó una gran oportunidad para desarrollar cosas que a veces para la propia obra no hay ocasión de hacerlo. Fue un gran desafío que esta invitación sea para intervenir el Espacio Chandon en arteBA porque como artista uno tiene que poder manejar espacios más grandes, y tener en consideración la participación de la gente que visita la muestra y la interactividad que se genera”.
Por otra parte, Fernando Farina, curador de Chandon, comentó que: “En los últimos años hemos pensando en trabajar en proyectos que sean la entrada al Barrio Joven. Si bien siempre se trabajó con propuestas distintas, significativas, en los últimos años priorizamos el trabajar con artistas argentinos e invitarlos a qué imagen un proyecto, distinto, que de alguna manera tenga vínculo con Chandon pero que fundamentalmente tenga que ver con el arte y la propuesta de cada edición de arteBA. Por eso, en los últimos 3 años hemos trabajado con artistas como Pablo Reinoso, Leo Battistelli y, ahora, con Nicola Costantino, una de las más grandes artistas argentinas contemporáneas”.
Nicola Costantino
Desde mediados de los noventa, con amplio dominio de técnicas originalmente combinadas, Nicola Costantino (1964, Rosario, Argentina) crea esculturas, instalaciones, videos y fotografías que cautivan el ojo, alteran la percepción y provocan una reacción. Calcos de animales nonatos, vestimentas realizadas con símil piel humana y fotos y videos donde reinterpreta como protagonista diferentes historias y obras de arte construyen un relato donde conviven en tensión la belleza, la ornamentación y la opresión.
Por su parte, Ramiro Otaño, Director General de Moët Hennesy Argentina comentó “Ya son 14 años ininterrumpidos acompañando a arteBA, somos el sponsor más antiguo de la feria y estamos muy orgullosos de este largo camino que hemos transitado y seguimos transitando juntos. Este año somos sponsor del Barrio Joven Chandon, como lo venimos siendo hace 7 años, y compraremos la primera obra a puertas cerradas el próximo martes, obra que se adquirirá en el Barrio Joven Chandon y que estará destinada a la colección que estamos conformando en La Maison Moët Hennessy Argentina”.
Juan Minujín
Sobre Luminiscencia
La obra de Nicola Costantino interviene todo el espacio Chandon. El primer objeto que impacta visualmente es un enorme telón translúcido de 4 metros de altura impreso en toda su superficie con la imagen fotográfica agigantada de las burbujas de champagne. El motivo es un llamador, que revela finalmente el descubrimiento de la artista de que cada burbuja no es un objeto opaco sino que funciona como un espejo esférico, que todo lo refleja, pero también como un ojo, que todo lo ve. No lejos de allí, un pequeño microscopio nos acerca en vivo a otro universo oculto.
Abajo del gran telón, la zona gastronómica es interactiva. Una serie de mesas, levemente ovales, imitan la superficie de un líquido en movimiento. Cada una de ellas está bañada por una proyección que replica la boca de la copa de champagne y responde a nuestra presencia, por lo que con simples movimientos de nuestras manos podemos provocar explosiones de burbujas o simplemente dibujar una estela.
Pero hay algo más: la artista pone a prueba a los visitantes ofreciéndoles cuatro opciones de menús, todos presentados en pequeñas esferas de colores, rellenas con secretas recetas y sabores de su autoría que jamás podríamos imaginar.