“Como un detective que sale en búsqueda de pistas desconocidas, salí a encontrar imágenes de determinada fisionomía de la ciudad en mi Citroën C3 Techno, con la posibilidad de visualizar nuevas perspectivas a través de su inmenso parabrisas Zenith, dejándome ver detrás de él un gran campo de arquitecturas de gran valor histórico y cultural.
Durante el proceso de trabajo me dispuse a transitar un camino que se inicia con un interés difuso pero concreto, y voy avanzando hacia la imagen a partir de hallazgos espontáneos y azarosos. En mi obra, de algún modo, es ella misma la que propone sus propios puntos de fuerza desde los cuales seguir avanzando. Es una búsqueda esquiva e impredecible, un devenir. Todo el tiempo necesita ser transformada. Una imagen es la resultante de un proceso que no tiene una lógica ni rígida ni predecible. Tampoco busco que tenga un punto de llegada. Lo que le da forma a la secuencia no es el factor temporal, que está implícito en el proceso, ni la búsqueda de una coherencia fomal, sino el punto de vista. Por eso, en mi obra los espacios y lugares están vacíos de personas, de tiempo y de cualquier referencia que indique dónde es. Intento que lo representado tienda hacia lo abstracto, hasta una densidad tan sutil que parezcan volver a ser nada, disolverse”.
Foto: Jorge Miño
Retrato del artista Jorge Miño