Karin Dreijer Andersson, la chica de The Knife, hizo su disco solista nos fascinó completamente. Le preguntamos al respecto.
El disco es sombrío, congelado. De verdad, necesité una taza de té y un abrazo después de escucharlo la primera vez. ¿Por qué oscuridad?
¿Por qué no? Es interesantísimo desafiar tus miedos. Cuando comenzás a examinar lo que al principio encontrás oscuro o sin fondo, vas a poder extraer cosas hacia la luz, y ver de qué consiste todo realmente. Hacer música no es fácil, es una contienda y un proceso, ¡como la vida misma!
Lo mismo va para el clip de “When I Grow Up”. Esa chica en la pileta también aterra. Muchísima vulnerabilidad.
El clip es de Martin de Thurrah, un director danés, y es su interpretación, básicamente. No me molestó dejarlo todo en sus manos, aunque tuvimos algunas discusiones antes de que él empezara, sobre referencias, qué sumar o evitar.
¿Qué tal fue llevar el disco a vivo? El show en el ultimo Sonar fue notorio.
Esa fue la primera idea apenas terminé de hacerlo. Empecé a ver cómo podríamos hacer una linda performance en vivo junto a Andreas Nilsson, un artista amigo mío que también hizo las visuales para los tours de The Knife. Y lo hizo todo: el diseño del escenario, los trajes y dirigió las luces y los lasers. Quería tocar con seres humanos esta vez, así que formé una banda completa.
Tus letras, en algunos casos, son sumamente sintéticas y realistas. “Seven”, por ejemplo. Nadie canta sobre tabletas de lavaplatos en un contexto de canción de amor ultimamente.
Es que realmente es muy común. Son dos personas en su casa, cuidando la familia, que tienen total responsabilidad sobre la lavaplatos, que se ponen a sonar y divagar. No sabría cómo poder salir de esa situación si no fuese soñando despierta. Desafortunadamente, solo a las mujeres nos toca manipular la lavaplatos. Si se la dieran a los hombres, no verían tan raro esto de lavar platos y soñar despiertos sobre el amor.
Esto no es The Knife con Olof y las mascaras. Y todo el mundo dice: “Karin se va sola.” ¿Qué pasa?
Sería una relación poco saludable si Olof y yo no pudieramos hacer distintas cosas al mismo tiempo que The Knife. Ahora terminamos un disco doble de la ópera que hicimos el año pasado, el 1° de marzo ya está disponible. Y es importante para tu desarrollo creativo, no es mentira eso de intentar cosas nuevas. Trabajar en distintas constelaciones te enseña nuevas herramientas, y nuevas perspectivas. Por ejemplo, me pidieron hacer una banda de sonido para cine con Fever Ray. Tuve propuestas así, pero me es imposible, aunque estuve leyendo guiones para cine y teatro también.
Fuiste mamá hace un tiempo.
Y se refleja en mi música, como todas mis experiencias. Fue como un shock y un despertar a la vez. Cuando tenés la posibilidad de crear vida, también te viene el significado de la muerte, y te das cuenta de cuán frágil es todo esto. Me gustan las paradojas así.
¿Por qué no? Es interesantísimo desafiar tus miedos. Cuando comenzás a examinar lo que al principio encontrás oscuro o sin fondo, vas a poder extraer cosas hacia la luz, y ver de qué consiste todo realmente. Hacer música no es fácil, es una contienda y un proceso, ¡como la vida misma!
Lo mismo va para el clip de “When I Grow Up”. Esa chica en la pileta también aterra. Muchísima vulnerabilidad.
El clip es de Martin de Thurrah, un director danés, y es su interpretación, básicamente. No me molestó dejarlo todo en sus manos, aunque tuvimos algunas discusiones antes de que él empezara, sobre referencias, qué sumar o evitar.
¿Qué tal fue llevar el disco a vivo? El show en el ultimo Sonar fue notorio.
Esa fue la primera idea apenas terminé de hacerlo. Empecé a ver cómo podríamos hacer una linda performance en vivo junto a Andreas Nilsson, un artista amigo mío que también hizo las visuales para los tours de The Knife. Y lo hizo todo: el diseño del escenario, los trajes y dirigió las luces y los lasers. Quería tocar con seres humanos esta vez, así que formé una banda completa.
Tus letras, en algunos casos, son sumamente sintéticas y realistas. “Seven”, por ejemplo. Nadie canta sobre tabletas de lavaplatos en un contexto de canción de amor ultimamente.
Es que realmente es muy común. Son dos personas en su casa, cuidando la familia, que tienen total responsabilidad sobre la lavaplatos, que se ponen a sonar y divagar. No sabría cómo poder salir de esa situación si no fuese soñando despierta. Desafortunadamente, solo a las mujeres nos toca manipular la lavaplatos. Si se la dieran a los hombres, no verían tan raro esto de lavar platos y soñar despiertos sobre el amor.
Esto no es The Knife con Olof y las mascaras. Y todo el mundo dice: “Karin se va sola.” ¿Qué pasa?
Sería una relación poco saludable si Olof y yo no pudieramos hacer distintas cosas al mismo tiempo que The Knife. Ahora terminamos un disco doble de la ópera que hicimos el año pasado, el 1° de marzo ya está disponible. Y es importante para tu desarrollo creativo, no es mentira eso de intentar cosas nuevas. Trabajar en distintas constelaciones te enseña nuevas herramientas, y nuevas perspectivas. Por ejemplo, me pidieron hacer una banda de sonido para cine con Fever Ray. Tuve propuestas así, pero me es imposible, aunque estuve leyendo guiones para cine y teatro también.
Fuiste mamá hace un tiempo.
Y se refleja en mi música, como todas mis experiencias. Fue como un shock y un despertar a la vez. Cuando tenés la posibilidad de crear vida, también te viene el significado de la muerte, y te das cuenta de cuán frágil es todo esto. Me gustan las paradojas así.
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