Con resinas y discurso pop anatomista, Hyungkoo Lee desde Corea del Sur da vuelta nuestra noción de Walt y todos sus animalitos. Hasta los huesos, básicamente.
Asia es increíble. Y Hyungkoo Lee, nacido en Pohang, Corea del Sur en 1969, y representado por la Arario Gallery de Seúl, es inclasificable. Influenciado tanto por el clasicismo griego de Rodin como por el futurismo de Filippo Giacometti, tras un breakthrough animal en la Bienal de Venecia de 2007, su serie Animatus explora el verdadero animal interior desde la iconografía pop que marcaron los últimos 75 años de infancia universal. Este esqueleto que ven, bueno, es Mickey Mouse. También, hay de Pluto, y de Donald, o del gato Félix. Silvestre con Tweety. Coyote y Correcaminos. Algo que nos sabemos todos, pero en realidad no sabemos qué es. El dice: “Los dibujos animados son exageraciones de la conducta humana.” Tiene razón. Y la idea es fascinante. Lo presentó precisamente en el espacio de Arario, a montura simple, en un setting negro con las piezas iluminadas desde arriba. Nada de hueso propiamente dicho: resina y madera y alambres. Se ven vivas de verdad. Y su estudio es como una sala médica, blanca y despojada, nada de pinceles empastados u óleos en barra y caos estilo Lucien Freud. Todo va a la precisión.
Su serie anterior, The Objectuals, fue una investigación del cuerpo humano amplificado. Esculturas de lentes, partes del cuerpo aumentadas en especificación, idea que le vino de cuando estudió arte en Yale, porque, dice él, a los asiáticos los tratan de chiquitos. Fue ultra provocador. Eso es vanguardia de verdad. Buceen en su website para ver sus sketchbooks, que son muy intrigantes. Y no es raro que Asia juegue así con el cuerpo. Gwon Osang, también de la Arario Gallery, creó la fotoescultura, o esculturas hiperlivianas del cuerpo fragmentado en pixels para volver a componerse. Miren sino 50 años de obra de Nobuyoshi Araki en Japón. Un ejemplo alcanza. Eso es trastornar el cuerpo. Y hacer que te cuestiones un par de cosas
Su serie anterior, The Objectuals, fue una investigación del cuerpo humano amplificado. Esculturas de lentes, partes del cuerpo aumentadas en especificación, idea que le vino de cuando estudió arte en Yale, porque, dice él, a los asiáticos los tratan de chiquitos. Fue ultra provocador. Eso es vanguardia de verdad. Buceen en su website para ver sus sketchbooks, que son muy intrigantes. Y no es raro que Asia juegue así con el cuerpo. Gwon Osang, también de la Arario Gallery, creó la fotoescultura, o esculturas hiperlivianas del cuerpo fragmentado en pixels para volver a componerse. Miren sino 50 años de obra de Nobuyoshi Araki en Japón. Un ejemplo alcanza. Eso es trastornar el cuerpo. Y hacer que te cuestiones un par de cosas
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Before I delve into my full review of ZetaClear, and the benefits that it provides, I wanted to first make it clear that I am not the type of person to air out my dirty laundry or share personal details about my life. I like remaining private and I prefer keeping to myself. I never thought that I, Stephanie Turner, would ever offer up advice or even own a website of my own. But I soon realized I HAD to share my story, and help you avoid wasting hundreds of dollars on unproven fungus remedies and overpriced products. My friends and family are always asking me what happened, how my nails improved so much, and what I finally did to not only get rid of nail fungus, but also ensure I never had to use another shoddy product again.