La fotografía de Josefina Astorga busca retratar la imagen que ya no está. Aquella imagen que se olvida cuando se observa el recuerdo, imágenes de la percepción de una experiencia que sólo permanece en la memoria y que se deslava paulatinamente con el paso del tiempo…
Registros que se retienen en nuestra memoria, imágenes en donde la información no relata fielmente la realidad sino más bien el recuerdo de lo que fuimos. La belleza de olvidar, la belleza de no retratar obsesivamente la realidad sino que retratar el recuerdo. Lo que fue y significó un momento. La artista busca en la toma el retrato del olvido, de la belleza del instante. Esto es perseguido por tomas en donde priman las atmósferas por sobre los objetos. Fotografiar el olvido, fotografiar lo que ya no es y nunca sabremos cómo fue, sino una construcción emotiva y distorsionada del recuerdo. Imágenes que mantienen una lejanía irreconciliable con la lógica de la fotografía como copia fiel de la realidad. Siendo realidad al mismo tiempo, nuestras únicas y propias realidades. Gracias al formato análogo, una fotografía buscada desde la toma como analogía del punto de vista, sin artilugios digitales, sin retoques posteriores, negativos que revelan ese recuerdo y que al mismo tiempo continua siendo eterno, una memoria eterna del recuerdo y un retrato del olvido.
La imagen, en realidad, es un micro relato que se alimenta de una linea de tiempo indefinida, por eso cada persona opta por una lectura particular. Conocer el trabajo de Josefina es un experiencia maravillosa…