Hasta el 19 de junio, y de martes a domingo, de 11 a 19 hs. (lunes cerrado) una monumental araña estará instalada en la esplanada de Fundación Proa, como prólogo de la exhibición “El retorno de lo reprimido”.
Al mejor estilo del Tate Gallery de Londres y el Guggenheim de Nueva York, Proa presenta en un espacio público una obra clave de Louise Bourgeois, mientras que dentro exhibe un panorama completo de 86 dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones de la famosa artista franco-norteamericana nacida en París en 1911 y fallecida recientemente en Nueva York a los 98 años de edad.
A propósito de la araña, Bourgeois escribió: “Es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.
Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, la artista concibió esta araña como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. Es la mayor de la serie de esculturas de arañas: pesa 22 mil kilos, tiene 9 metros de alto y 10 de ancho.
Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”. “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.
La araña en la esplanada de Fundación Proa
A propósito de la araña, Bourgeois escribió: “Es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.
Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, la artista concibió esta araña como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. Es la mayor de la serie de esculturas de arañas: pesa 22 mil kilos, tiene 9 metros de alto y 10 de ancho.
Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”. “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.
La araña en la esplanada de Fundación Proa
Mujer Espiral – Bronce
Arco de histeria – Bronce