Los collages están hechos con hojas acartulinadas de revistas y libros antiguos –hoy fetiches del mundo impreso por su sofisticada calidad–, ellos son la materia prima de este homenaje a la imagen reproducida. Las partes que conforman cada collage están recortadas con tijera o cutter-bisturí y cosidas entre sí con hilo y aguja. Las figuras que surgen son seres en proceso de transformación. Estos trabajos podrían considerarse reversibles ya que en cada dorso se ha formado un segundo collage involuntario, entre la trama de las costuras y la imagen impresa en el reverso de la página elegida. Para acceder a sus dos carillas, estos collages reversibles han sido enmarcados siguiendo la tradición de los retablos. La estructura del retablo, con su abrir y cerrar de puertas, retoma la dinámica secuencial de los libros y las posibilidades que surgen con el dar vuelta de las páginas como si estas también fueran puertas.