Terry Richardson es uno de los fotográfos más prestigiosos y peligrosos de los últimos años y uno de los pioneros en burlar graciosamente la censura de marcas y editores con respecto a la desnudez. Y como una verdadera celebrity, cuenta con dos muñecos de vinilo llamados Uncle Terry y hasta un oso de peluche dedicados en su honor y a imagen y semejanza.