Durante mucho tiempo, el jardín de Christine Nagel permaneció escondido tras obstáculos y dificultades. Un día, cayó en sus manos la historia del jardín de Frederic Eden, que trataba sobre el encanto de un jardín.
Era el relato de su creación, el recuerdo puro de una historia más profunda de lo que parece, espléndida y secreta, intensa y fuerte como las raíces de las plantas y los arbustos que tienen poca tierra en la que ahondar, pero mucho cielo para respirar.
Durante un paseo en góndola, el lord inglés, cansado de tanta agua, manifestó su deseo de ver un jardín en pleno corazón de Venecia, un refugio verde bajo el cielo soleado, donde brotaran las flores de la fragante tierra. Tan intenso fue su deseo, que creó el jardín del Edén —sin juegos de palabras ya que era su apellido—.
Protegido por sus ocres muros, procuraba a su creador todo el gozo de la fresca sombra, de la ensoñación, de su envolvente delicadeza y de su generosidad. Y sin duda, también a los paseantes que ignoraban su existencia, pero percibían sus festivos aromas. En el jardín sucedieron singulares vidas que dejaron una huella que perduró en las viejas piedras, en las aguas de los pozos y pilas, en la atmósfera de ese retiro único. La naturaleza, que había resistido al tiempo, al agua salada y al viento, se reafirmaba.
Un siglo después, este misterioso pasado se hizo presente para inspirar la imaginación de la perfumista de Hermès. La majestuosa armonía de un jardín secreto en el corazón de la ciudad más transparente del mundo la cautivó. Soñó que el tiempo se detenía en un jardín simple por toda su grandeza, inolvidable porque alguien no lo olvidó. En ese momento lo imaginó, aromas que son percibidos sin llegar a desvelarse, para después crearlo, un perfume re-escrito por el cielo, las flores y el mar. Christine Nagel ha compuesto aromas suaves e impregnados de una nostalgia sin tristeza, de un renacimiento, de una sensación de eternidad. El aroma amaderado, sereno y tierno del jardín se revela a orillas de la laguna, con las soñadoras salicornias mecidas por los vientos marinos, las pittosporums, los lirios blancos y las magnolias. El murmullo de sus celestes fragancias acaricia el alba de una Venecia silenciosa… Ha nacido un perfume que trae alegría. Guarda en secreto la delicadeza de un jardín soñado, Un Jardin sur la Lagune.
Olympia Alberti.
Hermès presenta su nuevo perfume «Un Jardin sur la Lagune», un jardín soñado, acariciador y vibrante. Un eau de toilette floral, amaderado. «He soñado con este jardín. He compuesto un perfume a partir de sus recuerdos, de la sucesión de árboles y flores, de la naturaleza que aún perdura en su interior«, Christine Nagel. Paseos olfativos a través de los diferentes temas de la Maison, los perfumes Les Jardins son testigos de encuentros genuinos entre el espíritu Hermès, el alma de un lugar y el creador.